Nuestro mundo ha cambiado
Nuestro mundo ha cambiado. Nuestras vidas han cambiado.
Todo lo que conocemos y en lo que confiamos ha sido agitado. Nuestros trabajos, nuestra educación, nuestra economía, hasta nuestras relaciones humanas. Ya nada es igual. Nunca pensamos que esto podía pasar. Yo nunca pensé que esto podía pasar. Ponemos nuestra confianza y esperanza en todas estas cosas, y cuando nos son arrebatadas, ¿con qué quedamos? Quedamos con miedo, decepciones e incertidumbre.
Pero no tiene que ser de esta manera. ¿Qué tal si en medio de esta situación pudiéramos encontrar verdadera paz, descanso y esperanza? ¿Qué tal si en todo este tiempo hemos puesto nuestra confianza en las cosas equivocadas? ¿Qué tal si hay algo sólido que nunca cambia y que nunca te va a decepcionar? No es algo; es alguien. Hebreos 13:8 dice que Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos. Isaías 41:10 dice, así que no temas, porque Yo estoy contigo; no te angusties porque Yo soy tu Dios; te fortaleceré y te ayudaré. Siempre te sustentaré con la diestra de Mi justicia. Esta es Su promesa. Nuestra situación y nuestro entorno cambian todo el tiempo, pero Dios no. Ahora, haz esta simple oración:
“Señor, te abro mi corazón. Te recibo como mi paz y mi descanso. Gracias porque Tú nunca cambias. Quiero confiar en Ti. Entra en mi y lléname contigo mismo. Amén”.
Nuestro Dios es fiel y nunca cambia. Podemos confiar en Él.